Feb. 13, 2017

La Prensa y la Neutralidad Política

Uno de los mitos más difundidos de nuestro tiempo (y peligrosos para la integridad institucional de cualquier República) es el de la neutralidad política de la prensa. Todos quisiéramos creer que los medios de información masivos nos dicen una verdad objetiva, imparcial y carente de toda distorsión, y que esos hombres y mujeres de elegantes trajes e impoluta seriedad son verdaderamente "los paladines del pueblo"; pero la realidad es que esos atributos tan deseables simplemente no existen.

Ahora bien, tampoco es para que nos alarmemos: esto es perfectamente normal. ¡Torpes nosotros, si como audiencia esperamos otra cosa! 

Primero que todo, los periodistas no son angelitos ni tampoco demonios. Son seres humanos, con sus propios criterios y tendencias; y por muy "profesionales" que pretendan ser, es propio de la naturaleza humana que quieran persuadirnos de adoptar su punto de vista.

Segundo, hay que comprender que los medios de información no existen "en el aire", sino que TODOS tienen dueños. En su mayoría, se trata de empresas privadas. Y como empresas que son, no están ahí por caridad: persiguen una finalidad de lucro y poseen intereses propios. Además, es lógico suponer que, conocedores de la enorme influencia que tienen sobre el público, tengan el deseo de alinearlo ideológicamente con sus intereses, a fin de preservar e incrementar los beneficios para su negocio.

La conclusión es obvia: los medios de prensa tienen ideología propia. Y pueden promoverla, ya sea de forma abierta o solapada.

Esto no es ningún descubrimiento. En países desarrollados, es fácil saber la tendencia ideológica de los medios. En España, por ejemplo, se sabe que El País tiende a la izquierda y el ABC a la derecha. En los EEUU, la cadena Fox es típicamente conservadora y la MSNBC muy liberal. Incluso se adhieren abiertamente a candidaturas específicas. Y a nadie le da pena decirlo.

Lo curioso es que en Costa Rica sucede algo distinto: los medios se las dan de muy "imparciales". Pueden tener (y de hecho tienen) simpatías políticas muy evidentes... pero en la superficie lo niegan. De alguna manera creen que ser honestos en esta materia perjudica su credibilidad. Aunque a la larga, siempre llega a notarse que esa "neutralidad" es simulada, y eso acaba dañándolos más. Somos del criterio de que para nosotros, como ciudadanía, es mucho mejor saber exactamente qué terreno estamos pisando.

Sobra decir que esto no es de modo alguno una "impugnación" de uno u otro medio de información (de todas maneras ninguno va a cambiar su orientación ideológica por lo que estamos divulgando aquí). Cada uno de nuestros lectores hará de este comentario el uso que considere más apropiado, de acuerdo con su criterio. Decidirá cada quién a cuál medio le quiere creer más, cuál va a ver o de cuál se va a apartar, según su afinidad personal.

Ahora bien, si de dar una recomendación se tratara, sería la de evitar aquellas fuentes de información que hagan gala de extremismo ideológico y poca o nula veracidad.

Robert F. Beers

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