Mar. 6, 2021
Presidencia por Insistencia
Algunas candidaturas que se han confirmado en días recientes, lejos de causar algún entusiasmo por las elecciones
del próximo año, parecen hechas para recordarle a la ciudadanía una de las principales razones de la desilusión crónica con la política: los nombres que dan vueltas una y otra vez, como dentro de una lavadora, esperando
algún día lograr la Presidencia
por insistencia.
Como se puede observar, la mayoría son
de reciente data... y pocos de ellos alcanzaron el ansiado cargo por lo menos una vez. Mención aparte debe hacerse del caso de don Ricardo
Jiménez Oreamuno, quien ciertamente aspiró cuatro veces a la Presidencia, pero salió electo
en TRES de ellas (a los 80 años, en 1939, desistió de su cuarto intento ante la presión oficialista en su contra). Otro tanto cabe decir de Rafael
Yglesias, quien efectivamente alcanzó el triunfo en sus dos primeras aspiraciones, pero en ambos casos mediante el fraude o el abuso de poder, y nunca logró ganar unas elecciones limpias (en 1923 decidió súbitamente
retirarse en la propia convención del Partido Agrícola).
Debemos
dejar claro que estamos hablando de intentos por alcanzar el cargo (es decir, al menos una declaración
públicade interés o de "precandidatura"), y no
necesariamente de candidaturas formales. Muchos de los que aparecen en esta lista con más tentativas presidenciales, no llegaron a ser "candidatos" oficiales más que una o dos veces, pues ni siquiera lograban ganar una primaria dentro de sus
partidos, o bien se retiraban al ver pocas posibilidades de triunfo.
Así,
nos encontramos con figuras como el recordado Carlos
Manuel Castillo, un errático José
Miguel Corrales, o los inagotables Rolando
Araya y Antonio
Álvarez Desanti, quienes a pesar de las evidencias electorales vuelven una y otra vez, a menudo compitiendo entre sí. El repaso parece a veces un trabalenguas: la única victoria electoral jamás obtenida por Castillo
fue sobre Araya; la única de Araya, sobre Corrales y Desanti... y la única de Desanti, sobre otro "insistente", José
María Figueres (quien cuenta ya su tercera tentativa).
Además,
los casos de Araya, Corrales y Desanti tienen otros paralelismos que los distinguen de Castillo: habiendo fracasado en las internas de su partido de origen (Liberación),
todos intentaron hacer casa aparte... y ninguno obtuvo siquiera el 2% de los votos. Pero al menos Corrales nunca regresó oficialmente al PLN... a diferencia de los otros dos, que regresaron, pero a seguir buscando candidatura.
Hay otras historias paralelas: las de Rodrigo
Carazo y Ottón
Solís, por ejemplo. Ambos se retiraron bruscamente del PLN (el primero luego de una fallida precandidatura) y formaron partidos nuevos que sí tuvieron algún apoyo significativo. La diferencia es que Carazo sí logró
armar una coalición y ganar la Presidencia, mientras que Solís se hartó de fracasar una y otra vez con el PAC.
El verdadero problema, sin embargo, fue que el PAC comenzara a ganar elecciones una vez que Solís se apartó... porque ahí sí, sus fracasos políticos se contagiaron al país entero.
No deja de haber similitudes con Otto
Guevara, que también recaudó un apoyo sustancial en algunas de sus cinco candidaturas, pero por alguna razón nunca logró más votos que Solís a pesar de enfrentarse tres veces a él. Razón
de más para que ninguno de los dos saliese nunca victorioso.
Y claro
está, la lista incluye figuras "legendarias" como Jorge
González Martén, el empresario pionero de la computación que en cuatro intentos no logró convertirse en Presidente, o el peculiar Walter
Muñoz, que tiene el récord de haber quedado de último en cuatro de sus cinco campañas. O representantes de la izquierda histórica como Vladimir
de la Cruz y Manuel
Mora Valverde, cada uno con tres apariciones (aunque la de Mora Valverde en 1936 debió suspenderse porque ni siquiera tenía la edad mínima para ser Presidente). También Mario
Echandi, que a similitud de Carazo logró armar una coalición "de hecho" para conseguir la Presidencia, pero a diferencia de este intentó volver a ella. Y el histórico Máximo
Fernández, que se hiciese a un lado para que su Partido Republicano llevase a la victoria a Ricardo Jiménez en 1910, pero que nunca pudo obtenerla para sí mismo a pesar de todo.
Y posiblemente el único caso donde la insistencia dio frutos: Rafael
Ángel Calderón Fournier, quien se levantó de dos derrotas consecutivas para ganar la Presidencia en su tercer intento... ¡contra Carlos Manuel Castillo!
El repaso nos deja una lección bastante particular: de alguna manera, el "reciclaje" de candidatos se ha vuelto más frecuente en las
últimas décadas, lo que nos habla de un déficit crónico de liderazgos
genuinos. Por añadidura, la ciudadanía parece saber discernir entre los que insisten por oportunismo y los que persiguen ideales, y también da la impresión de "aburrirse" cuando una misma personalidad vuelve pese a los reiterados
rechazos. Sin embargo, el panorama de nuestros días contiene todavía algunas de estas caras. ¿Tendremos "presidencia por insistencia", o estará el país con ansias de un liderazgo que reúna frescura, solidez intelectual
y solvencia moral?
Latest comments
Excelente propuesta! Casi que el gobierno debería usarla como una guía, y ponerla en la pared para verla todos los días!!!
Gracias por el resumen. No tiene la opción de reenviar ni de ampliar las imagenes.
El comentario quedó cortado, pero da la impresión de que intenta defender al impresentable PAC. Díganos, ¿a los demás sí se les puede criticar?
todos somos DT cuando juega la sele, pero ninguno de nosotros sirve para nada como jugador o DT. Con ese simil te digo, nadie puede o tiene que criticar al PAC en un analisis de candidatos, te ase