Jun. 8, 2016

Elecciones peruanas, 2da ronda: Kuczynski sorprende

Los movimientos súbitos de las preferencias electorales en el último momento de las campañas políticas parecieran estarse convirtiendo en un fenómeno bastante común. La segunda vuelta de las elecciones peruanas (a las que hemos venido dando seguimiento en FACTORES+) se tornó este domingo en el ejemplo más reciente.

A diferencia de lo sucedido en Costa Rica durante el proceso de 2014, la segunda ronda en Perú resultaba casi imposible de predecir. La candidata más votada en la primera vuelta, Keiko Fujimori, sobrepasó el 39% de los votos, mientras que su contrincante más cercano, Pedro Pablo Kuczynski, quedó a 15 puntos de distancia. Sin embargo, no había razones para llamarse a engaño: Kuczynski, decían los analistas, tendría más posibilidades que Fujimori de aglutinar a los electores cuyos candidatos habían quedado eliminados, debido a la herencia política arrastrada por la aspirante (hija del Expresidente Alberto Fujimori).

Durante la segunda quincena de mayo, las encuestas dieron a Fujimori una ventaja de 5 o más puntos porcentuales sobre Kuczynski. Si se hubiese mirado más allá de la mera "fotografía" del momento, un observador agudo habría notado la tendencia: la puntera se mantenía estacionaria en su apoyo, mientras que el retador le había recortado ya dos tercios de la ventaja original. No obstante, los titulares de los medios se limitaron a anunciar hasta el cansancio que Fujimori llegaría al día electoral con una mayor intención de voto.

Y una vez más, se equivocaron.

Con el 99% de las juntas electorales escrutadas, Kuczynski se convierte en el virtual ganador, con una ventaja de unos 56.000 votos sobre Fujimori. Y en caso de confirmarse su victoria, se unirá a una creciente estirpe de gobernantes alrededor del mundo, que luego de unas elecciones libres se encaminan a asumir el mando sobre una alfombra de pronósticos rotos.

¿Moralejas para nosotros? Muchas... Una, bastante oportuna en nuestros días, es que las inclinaciones dinásticas en la política no son bien recibidas. Otra, que los electores en nuestros tiempos tienen mejor memoria de lo que supone la clase política. Claramente estos dos lastres perjudicaron a Keiko Fujimori (y posiblemente, guardando las distancias, sirvan también para explicar la debacle de Jeb Bush y las interminables agonías de Hillary Clinton en los EEUU). Y una más (posiblemente la más importante) es que en la política no hay nadie ni nada "inevitable".

Naturalmente, estos aspectos merecen un análisis mucho más amplio. Y aquí lo tendremos en próximos días.

Robert F. Beers